En la provincia de Córdoba hay 10 casos confirmados. Si se viajó hacia allí y aparece fiebre, hay que consultar al médico.
Concientización. Personal municipal promueve la eliminación de reservorios que junten agua.
El brote de dengue que acaba de desatarse en Córdoba, con
diez casos comprobados y 28 en estudio (ver aparte), encendió el alerta
en Santa Fe. Hasta ahora, en lo que va del año, la provincia sólo
registró dos cuadros de la enfermedad en pacientes recién llegados del
Paraguay, pero la proximidad de zonas endémicas donde el virus está
circulando, a las que ahora se suma la provincia vecina, no permite
bajar la guardia. Como prevención, no hay mucho más por hacer que lo que
ya se hace, recordó ayer la directora de Promoción y Prevención de la
Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, sobre todo consultar de inmediato al
médico si se presenta un cuadro febril sin tos y dar la referencia
precisa de si se ha viajado y adónde. En Rosario, mañana se reunirá el
comité de seguimiento de la enfermedad.
Todos los casos cordobeses, ocho ellos autóctonos, se
registraron en la capital mediterránea, por lo que a partir de pasado
mañana el gobierno local resolvió encarar tareas de fumigación en toda
la ciudad —24 mil hectáreas— para controlar el vector que transmite la
enfermedad, el mosquito Aedes aegypti.
Ese insecto está presente en Rosario desde hace 15
años, recordó ayer Uboldi, por lo que siempre que alguien llega con
dengue a la ciudad se corre el riesgo de que un Aedes lo pique y el
virus comience a circular localmente generando altas posibilidades de un
brote.
De allí que la primera recomendación de la
funcionaria fue que si alguien viaja a Paraguay, Bolivia, Brasil y ahora
Córdoba, tiene que protegerse con repelente cuando cae el sol.
Y al volver, si presenta síntomas "pseudogripales",
con fiebre pero sin tos, debe realizar una "consulta precoz" al médico y
contarle adónde se viajó, ya que ese dato permite acelerar el
diagnóstico y descartar otras posibilidades.
"Y eso por dos motivos —señaló la médica —: la
primera por responsabilidad individual, porque implica menos riesgo de
complicaciones para la persona, y segundo por responsabilidad colectiva,
recordando incluso que la primera en contagiarse puede ser la propia
familia". También hay que utilizar repelente para evitar que la
enfermedad se transmita a un mosquito local.
Uboldi recordó que "fumigar (en la provincia y en
Rosario) en esta instancia no soluciona nada", más bien genera
innecesariamente "impacto ambiental".
De todos modos, la titular del Area de Información en
Salud del municipio, Analía Chumpitaz, recordó que a nivel local se
sigue trabajando en prevención y mañana, a las 11, en la sede de Salud
Pública, se reunirá el comité de seguimiento de la enfermedad donde
confluyen equipos no sólo de Rosario, sino de otras localidades
cercanas.
Patios saludables
A nivel de la ciudad, dijo Chumpitaz, se sigue
trabajando con "control focal", en los operativos "integrales" que la
Municipalidad viene desarrollando dos días por semana en distintos
barrios y con el concepto de "patio saludable", es decir, ordenado, sin
reservorios que junten agua y sin escombros, para evitar que funcionen
como criaderos de mosquitos, de alacranes o incluso de roedores.
A eso se suman tareas de concientización con entrega
de folletería y gráfica en la Estación Terminal de Omnibus Mariano
Moreno y el aeropuerto internacional de Fisherton, y la proyección de
spots realizados por la Escuela de Animadores en cada espectáculo
organizado por la Secretaría de Cultura municipal.
Así y todo, nada garantizará que el virus del dengue
no vuelva a circular por la ciudad, pero se apunta a que "el impacto
sanitario sea el menor posible", sostuvo Uboldi.
"Hay que desestigmatizar la enfermedad y entender que
es una más: así como la angina o la gripe son enfermedades típicas de
invierno, esta es una de verano y con riesgo de muerte muy bajo", dijo.
Lo único que no se puede hacer es bajar la guardia.
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